Seamos más intencionales

La idea de establecer metas en el Año Nuevo es un clisé por una buena razón: marca un nuevo comienzo, un momento natural para reflexionar y proyectar nuestros deseos para el futuro. Sin embargo, me queda la incógnita de por qué este momento específico actúa como un catalizador colectivo para la reflexión personal.

Personalmente, prefiero que los cambios se den orgánica y auténticamente en el momento que sintamos indicado, no que este momento de plantear metas suceda como un rito de paso.

No se debería tratar tanto del momento en que las establecemos, sino de la pasión y la perseverancia que dedicamos para alcanzarlas.

Así que este año decidí no hacer un listado de última hora con todas las metas que quiero alcanzar, sino que enfocarme solamente en una, que espero me ayude a crecer y sentirme más plena. Esta meta es muy simple, aunque eso no signifique que sea sencilla: ser más intencional. Que todo lo que pienso, digo y hago tenga un propósito y sea a conciencia.

Quiero que mis opiniones y decisiones sean deliberadas, que vayan en línea con mis objetivos, creencias y valores. ¿Qué creo que es lo más importante para lograrlo? A partir del día de hoy, enfocar mis atención y mis energías únicamente en aquellas cosas que van a agregar valor a mi vida, en resumen, aprender a ser consecuente. Soy consciente de que el cambio no va a ser inmediato, espero que sea gradual y planeo tomarme las cosas con calma, un día a la vez, disfrutando del proceso.

Puse a investigarme al respecto, para tener un poco más claro qué estrategias pueden ayudarme a ser más intencional y estos son los puntos que me parecieron más importantes:

Primero, es necesario tener claro cuáles son esos objetivos, creencias y valores que mencionaba antes. Si no sabemos qué es lo importante, ¿cómo vamos a perseguirlo?

Segundo, aprender a vivir en el momento. Practicar la atención plena, estar conscientes de nuestro alrededor, no solamente de lo que nos pasa, sino de nuestros sentimientos y reacciones.

Tercero, plantearte objetivos concretos. Y alcanzables. Aprender a priorizar aquellas cosas que van a ayudarme a alcanzarlos e identificar cuáles solamente me están distrayendo y retrasando.

Cuarto, aprender a ser más consciente. Antes de actuar, darnos un momento para reflexionar si nuestras decisiones se alinean con los objetivos, creencias y valores que antes nos planteamos.

Quinto, aprender a decir NO. Sin necesidad de utilizar excusas o agregar justificaciones cuando no nos sentimos cómodos o simplemente no tenemos tiempo o ganas de hacer algo.

Sea cuando sea que nos propongamos alcanzar metas, busquemos que éstas sean una manifestación de nuestra autenticidad y determinación personal, abracemos la oportunidad de crecimiento cuando nos sintamos genuinamente listos para ello.